En la décima edición de esta feria del ocio-electrónico hubo un escenario que se llenó con las alabanzas de los asistentes a un mítico concierto donde un aficionado se incorporaba a los mandos de una NES para realizar un speedrun (o pasarse un juego de principio a fin, sin interrupciones, y en el menor tiempo posible) del Megaman II mientras Bit Brigade tocaban la música que debería estar sonando a través de su pantalla en directo.
Tanto el grupo de música como el jugador tienen un mérito increíble. Unos por estar pendientes de lo que ocurría en el juego y ser consecuentes para cambiar la música, y por supuesto por hacer una muy buena interpretación en el escenario, y el otro por hacer una partida perfecta de un juego con una dificultad elevada en menos de 45 minutos, ante los ojos de unos espectadores atónitos.
Parece ser que continuaron realizando más "conciertos interactivos" en sucesivas entregas del MAGFest, y es que no todos los días podemos contemplar un fenómeno de estas características.
Una vez más, la música y el videojuego unidos, pero ahora en directo.
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